Coincidirás conmigo en que el copywriting está muy presente en nuestras vidas. Seamos publicistas, marcas, clientes o, simplemente, personas que ven la tele o leen el periódico, cada día recibimos miles y miles de mensajes que nuestro cerebro se ve obligado a procesar y que en muchos casos, van a parar al olvido ante tal marabunta de estímulos. Este escenario convierte al copywriting en un reto enorme para profesionales y marcas a la hora de vender sus productos o servicios y hacerse un hueco en medio de tanto ruido. Para afrontarlo de la mejor manera, te presentamos a continuación cuatro aspectos que debemos tener en cuenta (y no olvidar) para escribir copys que llamen la atención y que, además, nos ayuden a vender. ¡Toma nota!
① El copywriting se trata de vender.
A todos (o casi todos) los copywriters nos gusta escribir. Y menos mal, porque trabajar durante 8 horas diarias en algo que detestas no debe ser muy agradable. Sin embargo, muchas veces nos embarcamos en esta euforia de escritura y olvidamos el foco de lo que estamos haciendo. ¿Por qué? Porque el copywriting se trata de vender. Por lo tanto, primero va de vender y después de escribir.
Si eres copywriter te sonará esa sensación de decir: “¡Qué bien me ha quedado!”, o “Mira qué chulo lo que he escrito”. Y, aunque seguramente esté genial, nuestro pensamiento no puede quedarse ahí, tenemos que ir un pasito más allá. ¿Engancha? ¿Conecta? ¿Vende? Ese es el secreto de un buen copy. Podrá gustarte más o menos, pero si vende, es efectivo.
② ¿El foco de nuestro copy? El que lo lee.
Este punto tiene mucho que ver con lo que te decía en el anterior, porque si priorizamos la escritura sobre la venta, podemos caer en el error de basar nuestros copys en el que lo escribe y no en el que lo lee.
A veces, asumimos que a los clientes les interesa cómo funcionan nuestros productos, nuestras opiniones o afirmaciones de gente importante que creemos relevantes, cuando lo que realmente les interesa es mucho más simple que eso. ¿Sabes qué es?
Ellos mismos.
Y ya.
Piensa por qué una persona cualquiera querría leer uno de tus copys. Sé autocrítico y hazlo de verdad. ¿Por qué cualquiera compraría lo que le estás vendiendo?
Ten muy presente que lo único que importa es lo que el lector piensa, siente y quiere, por lo que la única respuesta a esa pregunta debería ser porque, con el producto o servicio que le ofreces, le estás poniendo en el centro y le estás solucionando un deseo. Siento si esta simplicidad te decepciona, pero cuanto antes lo asumamos y tengamos presente a la hora de escribir, mejor.
Por aquí 3 tips que pueden ayudarte a poner a tu cliente en el centro:
- Conoce a tu cliente potencial. Conoce a la persona a la que te diriges. Empápate de sus gustos, preferencias, estilo de vida, anhelos, sentimientos… La escucha activa en redes sociales puede ser un buen comienzo.
- No escribas lo que puede hacer tu producto. Escribe sobre el beneficio que conseguirá el cliente con tu producto.
- Recuerda: el copy que escribas no tiene que convencerte a ti. Tiene que convencerle a él.
③ En copywriting, menos es más.
Por favor, simplicidad.
Eso de saber palabras cultas y enrevesadísimas está genial para demostrar que eres un erudito de las letras, pero nuevamente, tu potencial cliente no siempre necesita leer novela en tus textos. A veces (la mayoría), solo necesita que le soluciones una necesidad muy concreta. Y eso, con florituras, puede perderse por el camino.
Descubre qué le motiva a tu lector, qué le mueve y qué quiere de ti. Cuando lo sepas, empieza a escribir.
④ Lee mucho, aprende mucho.
Por mucho que te guste escribir, como hemos dicho, lo importante es saber vender. Y, ¡ojo!, que te guste la escritura, por supuesto, es un punto de partida, pero ¿sabes usar el copywriting para vender?
“Sí. Bueno, no. No sé…” Tranquilo. La buena noticia es que a vender, se aprende. Para ello necesitarás herramientas y ganas (muchas ganas), escribir y reescribir mucho, tener los ojos muy abiertos para obtener continua inspiración y, también, conocer a tu lector, que no es otro que tu potencial cliente, el que te va a comprar después.
¿Cómo puedes conocer a tu lector?
- Básate en datos. Por suerte, tenemos a nuestra disposición una gran cantidad de datos que hacen tangibles muchas de las motivaciones de nuestros clientes y que nos pueden dar muchas pistas sobre qué escribir y cómo hacerlo. Aprende a interpretarlos y a usarlos a tu favor.
- Identifica los puntos de dolor de tu audiencia y sus anhelos. Ve hacia ahí cuando te dirijas al lector y a lo que el producto que le ofreces puede hacer para subsanarlos.
- Una vez conozcas a tu cliente, sepas qué necesita y cómo tu producto lo puede solucionar, aprende a conectar con él mediante tus textos.
Escribe, reescribe, y mantente atento a lo que el consumidor quiere y necesita de ti. Vuelve a leer el primer punto. Bien, ¡estás listo! Puedes hacerlo.

Marta Álvarez
Creative Copywriter
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