Por muchas reuniones de proyectos semanales que hagas o incluso llevando la agenda al dedillo, una cosa está clara: los timings siempre se te van a echar encima. Y a veces, la presión de entregar todo a tiempo y cumplir con unos estándares de trabajo de calidad, acaban detonando el bloqueo creativo.

Puede que suene a principio de psicología, pero el primer paso para vencer el bloqueo es aceptar su existencia. Entrar en un estado de tensión y agobio puede desfavorecernos. Por eso, y aplicando la Ley de Murphy a nuestro favor: acepta que no vas a llegar y comenzarán a fluir las ideas.

Es en momentos así cuando la experiencia es un grado. Serán tus propias maneras de resolver conflictos o los trucos que compartas con otras personas del departamento creativo los que te permitan centrarte y salir del bloqueo creativo. Pero, tanto si estás buscando nuevas técnicas de inspiración, como si eres tan crack en tu vida laboral que hasta ahora no has sufrido tu primer bloqueo creativo, estas son algunas de las herramientas que hemos recopilado para echaros una mano:

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La lista 51

Este es un ejercicio de lo más básico, pero efectivo. Se trata de realizar una lista de 51 conceptos que no tengan nada que ver entre ellos, puede haber desde objetos, emociones, comida, muletillas, etc. También puedes ahorrarte la escritura a puño y letra y dar con un generador de palabras aleatorias que encontrarás en tu buscador de confianza. A partir de aquí, elige una palabra al azar y trata de encontrarle una manera lógica (o no) de vincularlo con el concepto en el que te has atascado. El objetivo es generar conexiones aleatorias que abran caminos a propuestas que puedan ser lógicas, pero con un punto novedoso y sorprendente.

Mirar referencias

Ojo, no se trata de copiar. Mirar referencias quiere decir ver cómo otra agencia ha expresado en otra campaña ese concepto al que ya le has dado tantas vueltas. En ocasiones, nos focalizamos en querer que la idea sea muy rompedora, original, que el arte tenga un diseño increíble y los copies sean dignos de recordar. Baja las expectativas. A veces, justamente en la sencillez se encuentran las grandes ideas, ve al hueso del concepto y pregúntate «¿Qué me sugiere?».

Hacer otra actividad

Hay veces que, por mucho que forcemos la máquina, las ideas no salen. No somos una IA preparada para estar produciendo campañas o creatividades 24/7. Hay que tener capacidad de escuchar al cuerpo, incluso en un momento creativo, porque a veces acciones como beber agua, ir al baño o comentar algo divertido que te ha pasado con tus compañeros de mesa es un fuerte descongestionante cerebral. Hazte una lista de prioridades para sacar ese concepto, dale  una oportunidad a tu descanso creativo y luego regresa a la faena.

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El truquito del día: anótalo todo

A ver, todo, todo, no. Pero hay ocasiones donde puede llegarte la inspiración viendo la interacción de dos personas en medio de la calle, a través de una simple melodía o mientras piensas en la ducha. Cualquier idea, por poco bajada que esté, anótala. Aunque no tengas claro para qué producto o campaña vas a utilizarla, nuestras cabezas son bancos de ideas y el bloc de notas del móvil, sus arcas de información. No olvides que cuando necesites salir de ese atasco creativo tendrás la suerte de buscar inspiración en uno/a mismo/a y no hay nada más original que eso 😉

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